sábado, 1 de marzo de 2014

Tos Ferina

La tos ferina es una enfermedad infecto-contagiosa aguda que afecta al aparato respiratorio, cuyo síntoma típico es una tos en accesos o paroxismos. El contagio se realiza directamente desde la persona enferma a la sana por el aire (al hablar o toser), por las gotas de Pflügge.

Aspectos epidemiológicos
En los últimos 6 años, se puede puede evidenciar que en el año  2007, 2008 se presento el mayor número de casos. Los niños menores de cinco años han sido los afectados especialmente el grupo de menores de un año, siendo el sexo femenino el más afectado. En los años 2002, 2004, 2005 y 2007 se ha presentado el mayor número de casos y actualmente el comportamiento es menor.

Aspectos clínicos
Se distinguen los siguientes periodos: incubacion, catarral y de estado convulsivo; siendo el primero asintomatico. En el periodo catarral se presentan rinitis, estornudos, febrícula (si la hay), lagrimeo, tos leve, seca e irritativa, que se va haciendo cada vez más intensa, de predominio nocturno y que puede provocar vómitos. El periodo de estado convulsivo la tos se vuelve paroxística o convulsiva en accesos; el paciente realiza una inspiración profunda y comienza con una tos a golpes, no interrumpida, atropellada, que dificulta la respiración por lo que el niño estira la cara y el pecho hacia delante, saca la lengua, se va poniendo colorado, cianótico y con ojos llorosos y tiene una gran sensación de angustia. Al terminar la crisis aparece una inspiración ruidosa (al pasar el aire por una faringe muy estrecha) que es lo que se llama “gallo” de la tos ferina. La tos va cediendo, al final de acceso se expulsa un esputo mucoso blanquecino y con mucha frecuencia vómitos.

Medidas de prevención

Una persona infectada propaga organismos de tos ferina al aire a través de las gotas de humedad que expulsa al toser. Cualquiera que se encuentre cerca puede inhalarlas e infectarse. Es por eso que tanto la persona que tosa como la que este cerca de ella deben protegerse (taparse) las vías aéreas ya sea con una toalla o con la región anterior del codo, por ejemplo. 



 Kumar V. et al “Robbins & Cotran Patología Estructural y Funcional” 8ª edición Elsevier Saunders, Travessera de Gracia, Barcelona, España 2010. 

Difteria

Es una enfermedad infecciosa aguda causada por la toxina (sustancia tóxica) que produce una bacteria llamada Corynebacterium diphtheriae. Es una patología grave que  puede causar la muerte. Esta  bacteria suele colonizar las mucosas de la nariz y la garganta, donde produce inflamación y la formación de unas membranas grisáceas que se adhieren fuertemente a la mucosa, pudiendo dificultar la respiración e incluso conducir a la asfixia.
La toxina de la bacteria (llamada toxina diftérica) en algunas ocasiones puede llegar a la circulación sanguínea, diseminándose al resto del cuerpo y dañando órganos como el corazón, los nervios y los riñones.
Gracias a la vacunación que se lleva a cabo a la población (DTaP)  podemos decir que se considera una enfermedad rara en los países desarrollados,  siendo esta fundamental  para la erradicación de la enfermedad.

Aspectos Epidemiológicos
Ha sido una enfermedad muy frecuente y con graves consecuencias, a principios del siglo XX constituía la décima causa de muerte en el mundo; gracias a que se introdujo  una vacuna efectiva en la década de 1940, este dato a variado. Afecta fundamentalmente a la población infantil y a los adultos no vacunados, las personas que viven en condiciones de hacinamiento y escasa higiene, los inmunodeprimidos y a aquellos que viajan a zonas endémicas sin haber cumplido el calendario de vacunación. Sin embargo raramente se encuentran  casos de infección por debajo de los seis meses, pues todavía se conserva la inmunidad materna a esta edad,  siempre y cuando la madre esté correctamente vacunada. La difteria sigue siendo un problema de salud pública se ubica principalmente en Asia y Pacífico Occidental, África, América del Sur, Oriente Medio, y en  algunos países de Europa Oriental, siendo España uno de los países que desde 1986 no se  han comunicado casos de difteria.
En cuanto a la mortalidad, la tasa de letalidad de la difteria no cutánea es de un 5% a un 10%,  en los países más pobres  puede ascender hasta la mitad de los casos graves.

Aspectos clínicos
Se han definido dos cuadros clásicos de difteria. Una en la nariz y la garganta, y otra en la piel. En la primera, los síntomas principales son el dolor de garganta, un aumento leve de la temperatura corporal y ganglios linfáticos (nódulos linfáticos) inflamados en el cuello. Se puede formar una membrana en la garganta. Las lesiones de la piel pueden ser dolorosas, de aspecto hinchado y enrojecido. Puede darse también el caso que una  persona con difteria puede no presentar ningún síntoma. Se reconocen en menor frecuencia cuadros iniciales de infección cutánea, vaginal, de conjuntivas oculares u oídos.
A los 3 a 9 días aparecen los síntomas, si no aparece antes o después se debe acudir a un hospital entre 24 a 48 horas después de el contagio.

Medidas de prevención
La vacunación en la comunidad  es forma más efectiva de control. Otros métodos de control incluyen el pronto tratamiento de casos y mantener un programa de vigilancia epidemiológica. Cualquiera que tenga contacto con una persona con difteria deberá ser examinada en busca de la enfermedad, tratada con antibióticos y, posiblemente, tenga la enfermedad. Algo muy sencillo para prevenir el contagio es que cuando  la persona infectada, al toser,  se cubre la boca y se lave las manos.



Runnells, R., et al :  Control de infecciones y seguridad en el consultorio.  En: Clínicas odontológicas de Norte América.  México D. F. Interamericana, 1991.  Vol  II.
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Poliomielitis

Enfermedad producida por uno de los tres poliovirus. Adopta una forma asintomática, otra leve y una tercera paralítica. Se transmite de persona a persona por contaminación fecal o pro secreciones orofaríngeas. La forma más frecuente es la asintomática (95% de los casos). Debido a la cantidad de casos asintomáticos, el virus se distribuye fácilmente entre la población y de este modo la cantidad de casos se multiplica con el tiempo. La poliomielitis provoca parálisis del sistema nervioso y puede ser más o menos extensa; lo cual ocurre entre el 0.5-1% de los casos. La población más afectada es la infantil (menos de 5 años). En la susceptibilidad del virus y en la evolución de la enfermedad influyen factores como el sexo, el estrés, el embarazo y la edad. 

Aspectos epidemiológicos
El responsable de la poliomielitis es un virus que se conoce como poliovirus (el cual se engloba entre los enterovirus), está formado por una estructura de proteínas que contiene material genético sencillo. Hay tres formas diferentes de poliovirus.

“Entero” (de enterovirus), hace referencia al sistema digestivo, ya que es el mecanismo de transmisión que utilizan estos virus para propagarse e infectar a las personas. El virus vive en la saliva, mucosidades y en las heces de las personas infectadas. Puede sobrevivir durante varios minutos en otros lugares que hayan estado en contacto con esas sustancias (pañuelos, manos, superficies). A los pocos días de la infección, el virus deja de multiplicarse en el organismo y es eliminado completamente habiendo causado daño o no. Mientras el virus este en el cuerpo de la persona infectada, será fuente de contagio para las demás que se encuentren cerca. Cuando persona sana entra en contacto con el virus, éste entra por la boca y pasa al tubo digestivo; también puede entrar en la sangre a través de las amígdalas o la pared del intestino. Dentro del torrente sanguíneo, comienza a multiplicarse y lo más habitual es que suceda en el tubo digestivo, pero puede propagarse a través de las arterias y así llegar al sistema nervioso y en algunos casos causar infección allí. La parte del sistema nervioso que es afectada con más frecuencia son las meninges, es por eso que se provoca una meningitis.

Aspectos clínicos
Puede aparecer de cuatro formas diferentes:
  1. Polio subclínica o abortada: 7 y 14 días después de haber entrado en contacto con el poliovirus empiezan con malestar general, cansancio, fiebre y dolor de garganta. También puede aparecer vómito y diarrea.
  2. Polio asintomática: en muchos casos la infección no provoca síntomas o puede provocar síntomas leves que son imperceptibles. El 90% de las infecciones son asintomáticas. 
  3. Polio no paralítica o preparalítica: en el 5% de los niños infectados con la poliovirus, la infección avanza al sistema nervioso central. Se manifiesta en dos períodos: el primero con fiebres de hasta 39 ºC y dolor de cabeza intenso y el segundo se manifiesta con rigidez notable de nuca, taquicardia, sudro frío y diarreas; entre otros.
  4. Polio paralítica: infecta al sistema nervioso central y lo daña permanentemente. El daño está localizado en las neuronas motoras responsables de inervar a los músculos. Las neuronas que reciben la mayor parte del daño son las que inervan los músculos de las piernas. Cuando se dañan estas neuronas, el músculo se atrofia y queda inservible. Con el tiempo, el miembro inferior se deforma, deja de crecer y por tanto, caminar se torna una tarea ardua de realizar. 
Medidas de prevención
La poliomielitis es una enfermedad no erradicada en algunos países y no tiene una cura definitiva, únicamente puede evitarse mediante inmunizaciones. La vacuna que se utiliza actualmente es la de tipo "Satin" en forma oral. Se administra mediante gotas en la boca de los niños. La dosis se debe inocular por primera vez a los 2 meses de vida, luego a los 4 meses, de los 6-12 meses y por último, la dosis de refuerzo entre los 4 y los 6 años.

Para evitar la propagación del virus es necesario mantener medidas correctas de higiene con un lavado frecuente de manos, control de desperdicios, evitar abono orgánico humano en los cultivos, entre otros.


Poliomielitis: epidemiología y situación mundial. Asociación de Médicos de Sanidad Exterior . [En línea] 15 de marzo de 2012. [Citado el: 26 de febrero de 2014.] http://www.amse.es/index.php?option=com_content&view=article&id=118:poliomielitis-epidemiologia-y-situacion-mundial&catid=42:inf-epidemiologica&Itemid=50.

Poliomielitis. Tu centro médico online. [En línea] [Citado el: 26 de febrero de 2014.] http://www.webconsultas.com/categoria/salud-al-dia/poliomielitis.


Mosby. Poliomielitis. Enciclopedia de Medicina y Enfermería. Barcelona : Oceano ediciones técnias y científicas S.A., 1980 .

Hepatitis B

Enfermedad que afecta al hígado, y es causado por el virus de hepatitis B perteneciente  a la familia hepadnavirinae  Se caracteriza por necrosis del tejido hepático  y la  consecuente producción de cicatrices que pueden llevar a una cirrosis. En algunas ocasiones se puede llegar a tener una necrosis hepática masiva y convertirse  en una hepatopatía crónica, pero esto ocurre en solo 1% de los casos. Además las manifestaciones de ictericia y anomalías en tiempos de coagulación se acompañan también de una encefalopatía  hepática. Por otro lado, se dan algunas manifestaciones extra hepáticas de la hepatitis viral como artralgias, artritis, urticaria  y todo ello a partir de depósitos de complejos inmunes. 

Aspectos epidemiológicos
El virus de la hepatitis B se ha expandido mundialmente y en algunos países puede alcanzar proporciones endémicas elevadas.  El reservorio principal de la enfermedad son las personas que tienen la enfermedad en su forma crónica y es transmitida a través de la sangre, exudados de heridas, semen, secreciones cervicales, saliva y se tiene un peligro de infección en el uso de jeringas y agujas contaminadas, así como lesiones por objetos punzocortantes.
En países desarrollados, la enfermedad tiene baja endemicidad y ocurre en el 8% al 15% pero tan solo el 0.2% a 0.9% se encuentran crónicamente infectados.  En países como China y sureste de Asia y algunos países de África  ocurre todo lo contrario, pues el 70-90% de la población adulta ha sido infectada y del 8 al 15% tienen la forma crónica.

Aspectos clínicos
La enfermedad puede tener síntomas que pueden ser confundidos con otros síndromes, como aquellos que pertenecen a las infecciones respiratorias. Entre los principales están:
  1. Fatiga
  2. Anorexia
  3. Nausea
  4. Vómitos
  5. Artralgia
  6. Fiebre
  7. Malestar abdominal

La manifestación clínica que se da en menos tiempo es la concentración sérica de las bilirrubinas y la aclaración en el color de las heces.

Prevención
La mejor forma de prevenir esta enfermedad es a través de una vacuna, de la cual existen actualmente tres tipos diferentes:
  1. Hepatavax B cuyo uso es exclusivo para huéspedes inmunocomprometidos y a los a lérgicos a las levaduras. 
  2. Recombivax Hb que es la que se incluye en el esquema habitual y que consta de 3 dosis de 1 mL a los 0, 1 y 6 meses
  3. Engerix B: Utilizada habitualmente en 4 dosis de 1 mL a los 0, 1, 2  y 12 meses de nacer.



1. Gispert, Carlos, et al:   Diccionario de Medicina Mosby. Barcelona: Océano 1993. 
Runnells, R., et al :  Control de infecciones y seguridad en el consultorio.  En: Clínicas odontológicas de Norte América.  México D. F. Interamericana, 1991.  Vol  II.


2. Balows, A, et al:  Manual of  clinical microbiology.  5th. Edition.  Washington, D.C.: American society for microbiology, 1991. 

Tuberculosis

La tuberculosis es una enfermedad que afecta los pulmones ocasionada por la mycobacterium tuberculosis. Se transmite por medio de gotículas generadas por el paciente enfermo en el sistema respiratorio.  La infección suele ser asintomática en personas sanas; sin embargo cuando la persona está inmunosuprimida, la enfermedad se manifesta y puede llegar a ser mortal.  

Aspectos epidemiológicos
  • La tuberculosis es la segunda causa mundial de mortalidad, después del sida, causada por un agente infeccioso.
  • En 2012, 8,6 millones de personas enfermaron de tuberculosis y 1,3 millones murieron por esta causa.
  • Más del 95% de las muertes por tuberculosis ocurrieron en países de ingresos bajos y medianos, y esta enfermedad es una de las tres causas principales de muerte en las mujeres entre los 15 y los 44 años.
  • En 2012, se estima que 530 000 niños enfermaron de tuberculosis y 74.000 niños seronegativos murieron de tuberculosis.
  • La tuberculosis es la causa principal de muerte de las personas infectadas por el VIH, pues causa una cuarta parte de las defunciones en este grupo.
  • La tuberculosis multirresistente se ha encontrado en casi todos los países estudiados.
  • Aunque lentamente, está disminuyendo el número anual estimado de personas que enferman de tuberculosis; ello quiere decir que el mundo está en camino de cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio consistente en detener la propagación de esta enfermedad de aquí al año 2015.
  • La tasa de mortalidad por tuberculosis disminuyó un 45% entre 1990 y 2012.
  • Gracias a las estrategias DOTS y Alto a la Tuberculosis recomendadas por la OMS, se calcula que se habrían salvado unos 22 millones de vidas.


Aspectos clínicos
  1. Los síntomas iniciales de la tuberculosis son:
  2. Tos productiva
  3. Hemoptisis
  4. Dolores torácicos
  5. Debilidad
  6. Pérdida de peso  
  7. Fiebre
  8. Temblores nocturnos


Medidas de Prevención
  • Vacunación.
  • Aislamiento por parte del enfermo de lugares de trabajo, escuelas, universidad y áreas con muchedumbres para impedir la propagación.
  • Revestimiento de boca y nariz cuando se  tosa o estornude.
  • Buena alimentación.
  • Mantener un buen estado general y de salud. 




1.       OMS. Tuberculosis. [en línea]. Temas de salud. Abril, 2013?. [accesado 28 febrero 2014]. Disponible en: http://www.who.int/topics/tuberculosis/es/

2. OMS. Tuberculosis: nota descriptiva no. 104. [en línea]. Centro de prensa. Octubre, 2013. [accesado 28 febrero 2014]. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs104/es/

3. Mandal A. Prevención de la tuberculosis. [en línea]. Octubre, 2010?. [accesado 28 febrero 2014]. Disponible en: http://www.news-medical.net/health/Tuberculosis-Prevention-(Spanish).aspx

Influenzae B

El ser humano es el único reservorio de Haemophilus influenzae tipo b (Hib). El Hib causa diversas patologías que se han clasificado en dos grupos: infecciones invasivas (sepsis, meningitis, epiglotitis, celulitis, neumonía y osteoartritis) y formas clínicas no invasivas. Las cepas de Hib causan enfermedad sistémica debido a la invasión y diseminación hematógena hasta zonas distantes como las meninges, los huesos y las articulaciones. El polisacárido capsular de tipo b es un importante factor de virulencia que influye en la capacidad de la bacteria para evitar la opsonización y causar enfermedad sistémica.

Aspectos epidemiológicos
El microorganismo se transmite por pequeñas gotas de saliva a través del aire, o bien por contacto directo con secreciones o fómites. Las cepas de Hib colonizan la nasofaringe de los niños en una proporción del 3-5%. Ciertos grupos de población presentan una mayor incidencia de enfermedad invasora por Hib que la población general. En algunos estudios la incidencia de meningitis por Hib ha sido tres o cuatro veces mayor en los niños de raza negra que en los de raza blanca. La edad a la que se observa la incidencia máxima presenta algunas variaciones en los distintos grupos de población, dependiendo en parte de la utilización de vacuna, aunque esta infección afecta principalmente a los lactantes menores de dos años de edad. Las infecciones por Hib son infrecuentes en los pacientes mayores de 6 años. La mortalidad global por meningitis causada por Hib es de aproximadamente el 5%, y la tasa de mortalidad es elevada. El 6% de los pacientes que sobreviven presenta sordera sensorial permanente, y aproximadamente el 25% queda con alguna minusvalía significativa. Cuando se incluyen las minusvalías más sutiles, hasta la mitad de los pacientes que sobreviven presenta algún tipo de secuelas neurológicas, como sordera parcial y retraso en el desarrollo del lenguaje.

Aspectos clínicos
La manifestación más grave de la infección por Hib es meningitis. Sus manifestaciones son similares a las de la meningitis causada por cualquier otro patógeno bacteriano. Las características de inicio más frecuentes son la fiebre y las alteraciones funcionales del sistema nervioso central. La rigidez de nunca puede ser evidente o estar ausente. La complicación más frecuente es el derrame subdural que se debe sospechar cuando, a pesar de dos o tres días de tratamiento antibiótico adecuado, el lactante presenta convulsiones, hemiparesia u obnubilación mantenida. La epiglotitis, es una infección potencialmente mortal que cursa con celulitis de la epiglotis y de los tejidos supraglóticos, y que puede causar obstrucción de las vías respiratorias. El cuadro de laringitis y fiebre evoluciona rápidamente hacia disfagia y babeo.
La celulitis por Hib se localiza frecuentemente en la cabeza o cuello y las áreas afectadas adquieren en ocasiones una coloración azul-rojiza característica. La mayoría de los pacientes presenta bacteriemia. El Hib también causa neumonía en los lactantes. La infección es clínicamente indistinguible de otros tipos de neumonía bacteriana excepto por el hecho de que tiene una mayor tendencia a afectar la pleura.

Medidas de prevención
Existen vacunas para la prevención de la Hib. La serie primaria consiste en 3 dosis comenzando a los 2 meses de edad (2, 4 y 6 meses); se completa con una dosis de recuerdo a los 18 meses. El intervalo óptimo entre dosis es de 2 meses (mínimo 1 mes). La dosis de recuerdo debe separarse al menos 2 meses de la última dosis de la serie primaria. Los niños no vacunados según calendario (2, 4, 6, 18 meses) se vacunarán dependiendo de la edad según las siguientes indicaciones:

a. Edad 2-6 meses: 3 dosis con 2 meses de intervalo entre ellas más recuerdo a los 18 meses.
b. Edad 7-12 meses: 2 dosis con 2 meses de intervalo entre ellas y recuerdo a los 18 meses.
c. Mayores 12 meses: 1 dosis única.


Administración vía intramuscular (IM) en la región antero-lateral del muslo en menores de 2 años o en la región deltoidea en mayores de 2 años.


Almirón, M. (2005). Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina - N° 143. Obtenido de: http://med.unne.edu.ar/revista/revista143/6_143.pdf.

Tétanos

Trastorno neurológico, caracterizado por un aumento del tono muscular y por la presencia de espasmos, y provocado por la tetanoespasmina, una potente toxina proteica elaborada por Clostridium tetani. Se conocen diversas formas clínicas del tétanos, como la enfermedad generalizada, neonatal y localizada. La puerta de entrada está dada por fracciones de la piel, mucosas y otras veces directamente del músculo.

Aspectos epidemiológicos 
Aparece de forma esporádica y afecta casi siempre a personas que no están vacunadas, a personas parcialmente vacunadas o a aquellas que no han recibido la vacunación completa pero que no mantienen la inmunidad suficiente mediante las dosis de recuerdo de la vacuna. Aunque el tétanos se previene con la vacunación, la carga de esta enfermedad es enorme en todo el mundo. Es común en las regiones cultivadas, en las zonas rurales, en los climas templados, durante los meses de verano y en los varones.  En los países que no cuentan con un programa de vacunación global, el tétanos afecta sobre todo a los recién nacidos y a los niños pequeños; se ha calculado que en 1994 murieron en todo el mundo 490,000 recién nacidos a causa del tétanos.

Aspectos clínicos
  • Tétanos generalizado: es la forma más común. Se caracteriza por la presencia de espasmos generalizados y aumento del tono muscular. La mediana del tiempo de aparición tras la lesión asciende a 7 días. De ordinario el paciente percibe al principio el aumento del tono de los músculos maseteros (trismo o enrojecimiento de la mandíbula). Al mismo tiempo, aparecen disfagia o rigidez o dolor en los músculos del cuello, los hombros y la espalda. Con posterioridad se afectan otros músculos, originando rigidez del abdomen y de los músculos proximales de las extremidades; las manos y los pies quedan relativamente intactos. La contracción prolongada de los músculos faciales se traduce en una mueca o en una expresión de desprecio (risa sardónica), mientras que la contracción de los músculos dorsales origina una espalda arqueada (opistótonos). Algunos pacientes sufren espasmos musculares paroxísticos, violentos, dolorosos y generalizados que, en ocasiones, provocan cianosis y ponen en peligro la respiración (apnea, hipoventilación o laringoespasmo). Algunos pacientes pueden presentar fiebre.
  • Tétanos neonatal: normalmente adopta una forma generalizada y suele ser mortal si no se trata. Afecta a los niños nacidos de madres insuficientemente vacunadas, con frecuencia tras las curas asépticas del muñón del cordón umbilical. Los rasgos típicos del tétanos neonatal consisten en mala alimentación, rigidez y espasmos. 
  • Tétanos local: es una forma infrecuente cuyas manifestaciones se limitan a los músculos próximos a la herida. Su pronóstico es excelente.
  • Tétanos cefálico: es una forma rara de tétanos local, tiene lugar tras una lesión craneal o tras la infección de un oído se observan trismo y disfunción de uno o más pares craneales, a menudo del séptimo. La incubación dura unos días y la mortalidad resulta elevada.


Medidas de prevención
  • Vacunación activa

Todos los adultos inmunizados de forma total o parcial deben recibir la vacuna antitetánica, al igual que los que hayan sufrido el tétanos. La primera tanda para los adultos consta de tres dosis: la primera y la segunda se administran con un intervalo de 4 a 8 semanas y la tercera, de 6 a 12 meses después de la segunda. Se precisa de una dosis recuerdo cada 10 años que puede aplicarse a mitad de cada decenio. Para las personas mayores de 7 años se prefiere el toxoide combinado tetánico y diftérico (para adultos), en vez del toxoide tetánico de un solo antígeno (Td).

Por otro lado, se debe administrar el TD a las personas con heridas leves y limpias que:
  1. Ignoran si están vacunadas frente al tétanos.
  2. Han recibido menos de tres dosis de toxoide tetánico adsorbido.
  3. Han recibido tres o más dosis de vacuna adsorbida, cuando hayan transcurrido más de 10 años desde la última dosis administrada.
  4. Han recibido tres dosis de la vacuna líquida (no adsorbida). 




Kraunwald, Fauci, Kasper, Hauser, Longo, & Jameson. (2002). Principios de Medicina Interna Harrison. 15 ed. México D.F.: Mc Graw Hill. Tomo I.